martes, 10 de julio de 2012

Aromas del Ayer: Tabú, el perfume prohibido


(Foto de Eva, julio de 1945)


Estamos acostumbrados a asociar el perfume con Francia, a pesar de que Italia también ha lanzado al mercado fragancias de renombre. De Inglaterra vienen las colonias de caballeros. ¿Pero España? Fue en la Madre Patria donde nació  una casa de perfumes que se haría reconocida internacionalmente. Desde mi infancia que me han acompañado los aromas de Dana, tal como acompañaron antes a muchas Latinas del Ayer.
(Foto de Margarita, junio de 1948)


En 1921, Javier Serra abandona su empleo en la casa de perfumes Myurgia, para crear su propia empresa. Descartando la costumbre que las perfumerías llevaran el nombre del dueño, Serra opta por el breve y fácil de recordar  “Dana”. La nueva casa abre estrenando su primer perfume, el hoy descontinuado Tojours Moi, un perfume de calificación “oriental”.

(Foto de Para Ti, abril de 1957)


En 1943, Dana lanza al mercado Tabú, su marca más famosa, fabricado por Jean Carles quien ya antes había creado el Shocking para Elsa Schiaparelli. Seguirán a Tabú, 20 quilates (1933,) Emir y Canoe. Los dos últimos también fabricados por Carles.

(Foto de Margarita, enero de 1948)


Para 1940 la perfumería Dana es reconocida en América  Latina, a juzgar por sus anuncios en  las revistas.  Según un comercial de Readers Digest de 1946 los Perfumes Dana son “los que envidian las flores”.

(Foto de Readers Digest, agosto de 1946)

En América Latina, por varias décadas se venderán todos los aromas de Dana: Emir, 20 Quilates, Platino, Symbole  y Tabú.  También se podían encontrar  perfumes de la Casa Dana hoy tan olvidados que ni siquiera los mencionan las paginas de perfumería, tales como el Sprit Verbena, la Colonia Simpatía y el Agua de Lavanda Dana.

(Foto de Margarita, octubre de 1949)

Esos perfumes irán desapareciendo del mercado  aunque hasta los 50’s aparecen a lo largo del continente anuncios del perfume 20 Quilates. Nunca he tenido la oportunidad de usarlo, pero si probé Emir, un perfume fuerte con tonos de canela que lo hacían incluso más dulzón que Tabú.

(Foto de La Familia, mayo de 1943)


Canoe en cambio si es lo que  siempre he asociado con colonias masculinas, musgo y limón, una fragancia cálida pero fuertota. Es un perfume que la propaganda ofrece como “juvenil”. Curiosamente no he encontrado ningún anuncio comercial latino de Chantilly otro perfume de la Casa Dana que tiene renombre. Yo lo usé cuando estaba en la universidad.

(Foto de Para Ti,  septiembre de 1961)


El perfume que seguirá en el mercado hasta el día de hoy, es el famosísimo Tabú, un aroma fuerte, con bases intensas de especias. Es el tipo de perfume que fácilmente se puede denominar como “pachuli”.  Disculpen la autoreferencia, pero la esencia de Tabú la  expreso mejor en mi novela y me permito incluir la cita.

Mi madrina me alcanzó algunos pomos, pero arrugué la nariz al oler su contenido. Aromas dulzones de niña boba. No lo que yo quería ponerme en la piel. Atrajo mi mirada una botellita cuadrada, con una tapita negra que parecía un sombrerito. Al destaparla me invadió un olor a incienso que me recordó al fumeiro de la catedral de Santiago, pero que luego me embargó en olores a naranjo, a especias y a jazmín de España.
― Éste ― dije.
Mi madrina cogió el frasco y leyó el membrete.
― Tabú de Dana ― lo olió y apartó la nariz seguida ―. ¡Pero qué tufo, hija! ¿Quién es esta Dana que hace perfumes tan fétidos?
Vi cierta alarma en los ojos de Encarna.
― Es una casa española nueva. Me va a perdonar la Condesa, pero no es perfume para una niña decente.
― Me importa un rábano. Quiero éste.
Estaba encantada con el perfume, hasta el nombre sonaba a prohibido.
― Elige otro, Violante ― dijo mi madrina ― Encarna tiene razón, es un perfume muy atrevido.
Encarna puso cara de conspiradora y susurró:
― Dicen que al perfumista le pidieron que hiciera un perfume como el que usaría una p...―Se detuvo en la mitad del terno ―. Es un perfume de lagarta.
― Pues a mi me gusta el perfume de lagarta ― insistí y le arrebaté la botella de las manos a mi madrina.
Ésta sacudió la cabeza
― Anda si eres tozuda. Más fácil es conseguir que Stalin vaya a misa antes que tú cambies de opinión. (Pueden leer el capitulo entero aquí)

De pequeña Tabú me daba un poco de asco. No era un perfume “fino”. Era el perfume que se regalaba a conocidos  que no eran “íntimos”. Mi mamá solía comprarlo en Navidad para obsequiar al servicio doméstico y a las secretarias de mi padre.
(Foto de Eva, diciembre de 1946)



 Ahora en mi madurez por fin he reconocido su valor.  He descubierto que es el perfume perfecto para las cincuentonas (y sobre todo las gorditas). En vez de un tufo insolente nos da un dejo de discreta sensualidad. Es como si todo el elemento “pecaminoso” se diluyera y solo quedaran las tonalidades de jazmín  y azahar.

(Foto de Margarita, diciembre de 19494)


Tal como dije en mi cita, la intención de la Casa Dana era crear un perfume para “mujer barata”. Cuenta la leyenda que Serra le pidió a Carles un aroma para “p…as”. Incluso el nombre ya conjura imágenes de amores ilícitos. La propaganda hará uso de esa imagen pecadora y prohibida para vender el producto.
Se le conocerá en América Latina como el perfume “prohibido”. Se le aplicarán los adjetivos “apasionado”, “misterioso” y “eterno” Hasta se le considera “un cómplice” de amores clandestinos.

(Foto de Readers Digest, mayo de 1945)


De Tabú también se hicieron productos adyacentes como polvos faciales,  jabones  y en México, a pesar de su reputación “prohibida”  se vendía hasta un talco de bebé con ese nombre.

(Foto de La Familia, agosto de 1943)


Mucha gente ha olvidado a Tabú por considerarlo un perfume “barato”. Si bien es cierto que hasta los comerciales enfatizan su calidad de fragancia económica, eso no disminuye sus cualidades aromáticas y sensuales.  También una cierta autoridad que nace de su antiguo pedigrí, esa elegancia misteriosa que conocieron las Latinas de Ayer

miércoles, 4 de julio de 2012

¿Qué calzaban las flappers latinas?: zapatos del ayer


(foto de Zig Zag, febrero de 1928)


La revolución de la moda que sigue a la Gran Guerra se caracteriza por faldas cada vez más cortas. Esto conlleva un cambio en el calzado que ahora queda a la vista publica. Los años 20’s verán un tipo de zapato de mujer  que poco a poco adopta formas femeninas y tacones sexis.

El modelo de calzado que mas se ascia con Los Locos 20’s es  el modelo “Mary Jane” con tacón medio, llamado “cubano” en América Latina y con correa que cruza el empeine. Una variación es el zapato “T” que añade una tercera correa que cruza verticalmente el empeine. Estos zapatos son de horma semi puntiaguda.
Sin embargo, no se descartó totalmente el zapato cerrado, estilo intermedio entre zapato y botín tan en boga en la década interior.
(Foto de Para Ti, abril de 1929)


Luego aparecen para temporadas estivales zapatos con grandes moños. Los colores son variados: azul marino, negro y avellana. Para el verano aparecen los zapatos bicolores, o pajizos con agujeros como imitando un panal.

(foto de Zig Zag, marzo de 1927)


Para la noche el zapato se hace en lame con incrustaciones de pedrería y con una correa que circunda el tobillo como un brazalete.

(foto de Zig Zag, febrero de 1928)


Una novedad es que aparece el calzado bajo y cómodo para la hora de recreo. Las Latinas caminan más, llevan vidas activas y practican deportes. Necesitan calzado adecuado.

(Foto de Zig Zag, febrero de 1928)


En la década de los 30’s la atlética “flapper” da paso a la sensual “vamp”. El zapato se vuelve más sofisticado. Aunque aparentemente el estilo es el mismo, se pone en boga el tacón “argentino” mucho más alto y sexi que el “cubano”, aunque más incomodo.
(Foto de Margarita, diciembre de 1936)


También se impone el zapato abierto que expone el talón o un par de de dedos del pie (open -toe)

(foto de Para Ti, diciembre de 1939)


Ya no bastan las perforaciones,  para el verano, llegan las sandalias  inspiradas por las del mundo clásico grecorromano.

(Foto de Ecran, noviembre de 1938)


Las sandalias son muy apreciadas como acompañantes e los vestidos de baile. Sobre esos  tacones altos, toda mujer  se siente una diosa del Olimpo.